Washington D.C., 11 de septiembre de 2001 – En una jornada marcada por la tragedia y la incertidumbre, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha dirigido esta noche un discurso a la nación desde la Casa Blanca, pocas horas después de los devastadores ataques terroristas que han sacudido el país. Visiblemente afectado, el mandatario ha condenado los atentados y ha prometido que los responsables enfrentarán las consecuencias.

“Hoy, nuestra nación ha sido testigo de un mal indescriptible. Miles de vidas han sido arrebatadas en un acto de cobardía sin precedentes”, declaró Bush en un mensaje televisado desde el Despacho Oval. “Quienes han atacado a nuestra nación no quedarán impunes. No haremos distinciones entre los terroristas que perpetraron estos actos y aquellos que les brinden refugio”.

El discurso, transmitido en horario de máxima audiencia, tenía como objetivo calmar a la ciudadanía y enviar un mensaje de unidad. Bush destacó que el gobierno federal está en alerta máxima, con agencias de seguridad y fuerzas del orden trabajando en las investigaciones. También informó que los equipos de emergencia están realizando labores de rescate en Nueva York y Washington D.C., y que la administración está en contacto con líderes mundiales que han expresado su solidaridad con Estados Unidos.

A lo largo del día, Bush había sido trasladado por motivos de seguridad a diferentes instalaciones militares antes de regresar a Washington en la tarde. En su alocución, quiso enviar un mensaje de fortaleza a los estadounidenses: “Estados Unidos sigue en pie. Nuestra economía sigue fuerte, nuestros cimientos son firmes. No permitiremos que el miedo nos derrote”.

El presidente ordenó el cierre del espacio aéreo nacional, el refuerzo de la seguridad en infraestructuras clave y la movilización de equipos de respuesta ante emergencias. Asimismo, se han activado unidades militares en todo el país para garantizar la seguridad y responder a posibles nuevas amenazas.

Las palabras de Bush han sido recibidas con atención en todo el mundo, mientras las autoridades investigan a los responsables del ataque. Aunque aún no se ha señalado oficialmente a un culpable, fuentes de inteligencia apuntan a la organización terrorista Al Qaeda y a su líder, Osama bin Laden. En las próximas horas, se espera que la Casa Blanca defina los próximos pasos de su respuesta a esta agresión sin precedentes.

Con el país en estado de emergencia y el mundo observando con expectación, la nación estadounidense afronta una de sus noches más difíciles, con la promesa de su presidente de buscar justicia para las víctimas y garantizar que un ataque como este no vuelva a repetirse.