Nueva York y Washington D.C. han sido blanco hoy de un brutal ataque terrorista que ha dejado un número aún indeterminado de víctimas y ha sumido al país en el caos y la conmoción. Cuatro aviones comerciales han sido secuestrados y utilizados como armas contra objetivos estratégicos, en lo que ya es considerado el peor atentado en suelo estadounidense.

A las 8:46 de la mañana, el vuelo 11 de American Airlines impactó contra la Torre Norte del World Trade Center en Nueva York. Apenas 17 minutos después, un segundo avión, el vuelo 175 de United Airlines, se estrelló contra la Torre Sur, desencadenando una escena de horror en pleno Manhattan. Poco después, a las 9:37, un tercer avión, el vuelo 77 de American Airlines, chocó contra el Pentágono, la sede del Departamento de Defensa en Washington D.C. Finalmente, un cuarto avión, el vuelo 93 de United Airlines, se estrelló en un campo de Pensilvania tras una aparente lucha de los pasajeros contra los secuestradores, evitando un posible impacto en otro objetivo clave del gobierno.

El ataque ha provocado el colapso total de las Torres Gemelas, generando una nube de escombros y polvo que cubrió la ciudad y dejó atrapadas a miles de personas. El número de víctimas sigue sin confirmarse, pero se teme que sean miles los muertos y heridos. Las imágenes de personas saltando al vacío desde los pisos superiores de los rascacielos han conmocionado al mundo.

El presidente George W. Bush, que en el momento del ataque se encontraba en Florida, ha declarado que Estados Unidos “no permitirá que este acto de terrorismo quede impune” y ha prometido una respuesta contundente. La nación ha entrado en estado de emergencia, con el espacio aéreo completamente cerrado y las fuerzas de seguridad en máxima alerta. El Ejército ha sido desplegado en varias ciudades clave y el Congreso ha sido evacuado.

Las reacciones internacionales no se han hecho esperar. Líderes de todo el mundo han expresado su solidaridad con Estados Unidos y han condenado el ataque, mientras las principales bolsas de valores han cerrado ante la incertidumbre económica. En Nueva York, los hospitales están colapsados con la llegada de heridos y se han desplegado operativos de rescate en la denominada “zona cero”.

A medida que avanza la noche, la pregunta que se repite es: ¿Quién está detrás de este ataque? Fuentes de inteligencia apuntan a la red terrorista Al Qaeda, liderada por Osama bin Laden, aunque aún no hay confirmaciones oficiales. El mundo entero observa con angustia el desenlace de esta jornada, que ya ha cambiado la historia para siempre.